La Place de la République de Caen
Paréntesis histórico
Más de 500 años de historia
«La Place de la République está situada en el emplazamiento del prado que separaba los barrios medievales de la ciudad, Bourg-le-Roi y Saint-Jean. En el siglo XVII, se allanó el terreno para formar una plaza cuadrada y urbanizar así el vacío entre las parroquias de Saint-Jean y Notre-Dame (1635-1637). Esta Place de la Chaussée, rebautizada como Place Royale en 1679, acogió la estatua de Luis XIV en 1685. La obra representaba al monarca como emperador romano. Se rodeó de bolardos y de hileras de tilos. La plaza pasó a encontrarse entonces en el corazón de un nuevo barrio ilustre, apreciado por la aristocracia, que hizo construir allí espléndidos palacetes. El siglo XIX la situó en el centro de la vida administrativa local. El ayuntamiento se estableció en el monasterio de los Eudistas e instaló allí la casa consistorial en 1791. La estatua de Luis XIV, destrozada durante la Revolución, fue restaurada por el alcalde Forestier d’Osseville en 1828. El Hôtel des postes (casa de postas) se construyó en sus inmediaciones en 1881, mientras que la prefectura se comunicaba con la plaza por la rue de l’Hôtel-de-Ville. La plaza se convirtió en la Place Impériale y luego en la Place de la République. La presencia de ese símbolo del absolutismo no encajaba bien con esta última denominación. Así pues, en agosto de 1882, se decidió trasladar el molesto bronce al parque de la Abadía de los Hombres, delante del liceo, en la Place Guillouard. La estatua permaneció allí hasta la instalación del ayuntamiento en los edificios de la abadía. Sus tribulaciones continuaron, pues, rumbo a la place Saint-Sauveur […].
Lifting completo en el siglo XIX
En abril de 1882, la Place Royale sufrió un lifting completo por iniciativa del consistorio. Rebautizada Place de la République, se transformó en un parque con alumbrado público y adornado con parterres y terrazas. [..] Al año siguiente se colocó la valla que rodea la plaza. [..]
En 1882, se instaló un quiosco de música dodecagonal con la inscripción de los nombres de grandes compositores en lo alto […]. El quiosco se convirtió en el punto de encuentro de los melómanos, que acudían sobre todo a los conciertos semanales de música militar de la ciudad. El quiosco sobrevivió a la guerra, pero se derruyó durante las obras de rehabilitación de la plaza, arrasada por los bombardeos. » [..]
*extracto de «Caen hace 100 años en postales antiguas», Christophe Belser, editorial Patrimoines Médias, colección AD, 2008